Los simulacros de ciberataques son fundamentales para que las organizaciones se preparen ante las crecientes amenazas cibernéticas. Al identificar vulnerabilidades, validar protocolos y capacitar al personal, estos ejercicios refuerzan la postura de seguridad. Invertir en simulacros regulares mejora la capacidad de respuesta ante incidentes y fomenta una cultura proactiva de seguridad. Además, permiten simular diversos escenarios de ataque, evaluar la efectividad de los planes de respuesta y reducir el estrés durante incidentes reales. También garantizan el cumplimiento normativo y facilitan la colaboración con terceros, asegurando una defensa robusta en toda la cadena de suministro.