La criptografía es el pilar que sostiene la protección digital en un mundo cada vez más interconectado. Mediante algoritmos como AES y RSA, transforma datos legibles en códigos cifrados que solo pueden ser interpretados por usuarios autorizados, garantizando la confidencialidad, autenticidad e integridad de la información. Desde el resguardo de contraseñas hasta la seguridad de las comunicaciones en línea, su aplicación es vital en sistemas modernos. Sin embargo, desafíos como la computación cuántica y la gestión de claves exigen una evolución constante para mantener la defensa frente a amenazas emergentes.